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En términos
generales, los autores del artículo critican el exacerbado interés de las
revistas por buscar “reveladoras contribuciones a la teoría” y preferir este
criterio para la publicación, en detrimento de aquellas investigaciones que
representan contribuciones incrementales a la teoría. Esto, a juicio de Ferris,
Wayne y Buckley, tiene una serie de problemas. El principal de ellos es que
genera un exceso de ideas y planteamientos que pretenden redireccionar el campo
y que cambian continuamente el foco, con pocas posibilidades de realizar una
discusión posterior que permita asentar el conocimiento. Una teoría se legitima,
afirman, cuando existe la posibilidad de realizar un escrutinio de sus
planteamientos, replicar las investigaciones y poner a prueba sus derivaciones
conceptuales. Debe haber un saludable
intercambio entre la teoría y los métodos que validan el conocimiento. De lo
contrario, se perpetúa el estado de desorganización que presenta la teoría de
la administración y que, señalan, ha sido documentado por diversos autores.
En la gestión de
recursos humanos, tema principal de este blog, esta desorganización se puede
apreciar en la redundancia de constructos que afecta la disciplina y en la aparición
de conceptos atractivos en lo formal pero escasamente fundamentados. Ejemplo de lo primero es la insuficiente diferenciación
entre satisfacción laboral, compromiso organizacional, involucramiento en el
trabajo y comportamiento ciudadano. Muestra de lo segundo es el surgimiento de
conceptos como capital humano o gestión del talento.
El artículo de
Ferris, Wayne y Buckley puede ser criticado por abandonar el estilo racional y emocionalmente neutro que caracterizan las publicaciones científicas. Con
vehemencia critica los consejos editoriales de publicaciones reputadas y no
duda en desafiarlos abiertamente a un debate, de tal forma que podría pensar
que “hablan por la herida”. Sin embargo, realizan una revisión del estado de la
disciplina que vuelve a la pregunta básica de qué es una teoría y qué criterios
deben ser utilizados para reconocerla como tal. El desarrollo de teoría puede
ser el objetivo final de las ciencias de la organización, pero eso implica no
sólo desarrollar conceptos sino que también ponerlos a prueba y validarlos
empíricamente con rigurosidad.
Ferris, G., Hochwarter, W. y Buckley, R. (2011) Theory in the
organizational sciences: How will we know it when we see it?. Organizational
Psychology Review (Online) 1-13