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Muchos de los que se dedican profesionalmente a la gestión de
personas, asesorando a ejecutivos o administrando áreas de recursos humanos,
creen que ambas opciones no son incompatibles ya que están convencidos que la
preocupación por el compromiso de las personas es, de alguna forma, un
predictor o una causa del logro de los objetivos de negocio. Hasta ahora, existen
indicios en esa dirección, sin embargo la evidencia está lejos de ser concluyente,
en parte por dificultades metodológicas como la escasez de estudios
longitudinales y la imposibilidad de contar con diseños experimentales que
permitan establecer causalidad. A lo anterior habría que sumar una serie
de trampas en las que se puede caer cuando se investiga la relación entre desempeño y prácticas de gestión de personas.
Storey, J. (1989) New Perspectives on Human Resource
Management. London: Routledge.