El informe también entrega información interesante sobre la relación entre bienestar y el poder de compra de las personas. Por otra parte, muestra que los habitantes de países de ingresos relativamente bajos (con un PIB per cápita entre 4.000 y 5.000 dólares) pueden experimentar niveles muy dispares de satisfacción con la vida. En un extremo se sitúa Colombia, donde cerca el 85% de las personas se declara feliz o satisfecho con la vida, registrando un nivel de felicidad similar a Francia. En el otro, se encuentran países como Rusia, donde menos del 40% de la población hace una declaración similar.
Cuando se analizan los países de altos ingresos (sobre 17.000 dólares) se constata que, una vez superada esa barrera, ningún país registra tasas de bienestar que bajen del 80% de la población.
En otras palabras, a partir de cierto ingreso, es muy difícil que un porcentaje grande de la población esté insatisfecho con la vida. ¿Será posible extrapolar estos resultados al ámbito organizacional?. No hay evidencia que indique que algo similar puede manifestarse en relación al sueldo que recibe una persona, sin embargo bien vale hacerse la pregunta.