domingo, 11 de octubre de 2009

¿Demasiados profesionales?

Según Claudio Sapelli (2005), Director Docente del Instituto de Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el país podría estar frente a los primeros indicios de un exceso de oferta de profesionales. Esto, considerando que quienes tienen baja experiencia, independientemente de su educación, sufren altas tasas de desocupación y que éstas han aumentado sistemáticamente en el período 1990-2003, todo esto junto con la caída en las tasas de empleo en este grupo. Todo esto se une con una supuesta caída de la tasa de retorno de la educación universitaria completa.
La Organización de Naciones Unidas (2007), su informe “Panorama Social de América Latina” presenta otros datos. Tomando como base un estudio de Dante Contreras y Sebastián Gallegos con información desde 1990 hasta 2002, plantea que la tasa de retorno de la educación terciaria es la que más ha aumentado en el período, siendo además la segunda más alta entre todos los países estudiados.


Recuperado desde http://www.eclac.org/ el 7 de Julio de 2009

El Sitio web Futuro Laboral, dependiente del Ministerio de Educación, si bien presenta una tasa de retorno inferior, la sitúa en un 19,4% citando la encuesta CASEN de 2006.


Recuperado desde http://www.futurolaboral.cl/ el 7 de Julio de 2009

Todo indicaría, entonces, que aún es rentable cursar estudios superiores, especialmente si, como indica Sapelli, las tasas de empleo de quienes tienen más estudios todavía son mayores a las quienes sólo han terminado la enseñanza media o básica. Si ello está en proceso de cambio está por verse; lo que sí está claro es que la masificación de la universidad ha hecho más difícil ser profesional ahora. Cerca de un 25% de quienes tienen más de 17 años de educación no estaban empleados al año 2003. A esto se suma que la gran oferta de profesionales ha hecho bajar los sueldos de ingreso promedio. Las áreas de recursos humanos han sido testigos de la gran cantidad de titulados universitarios postulando a puestos que antes eran evitados por considerarse más bien técnicos, lo que ha llevado a modificar los perfiles de ingreso.
Puede que se esté configurando un nuevo segmento de trabajadores; aproximadamente uno de cada cuatro profesionales jóvenes no está trabajando, y el sueldo al que puede aspirar es menor al que solía ofrecer el mercado (y menor probablemente a lo que ellos esperaban cuando ingresaron a estudiar). Es casi seguro que un número importante de ellos trabajará (temporal o permanentemente) en posiciones no asociadas tradicionalmente con su profesión. Será interesante monitorear qué impacto tendrá esto sobre su visión y expectativas laborales. ¿Se generarán subgrupos de “profesionales que no trabajan como tales”? ¿Buscarán integrarse a los grupos de colegas que se desempeñan en trabajos más tradicionales? ¿Originarán nuevos arreglos alternativos, en los que aprovechen su formación para aplicarla de forma novedosa a nuevos problemas y campos laborales?. Finalmente; ¿qué experiencia laboral buscarán estos nuevos profesionales y qué oferta de valor deberán realizar las empresas?.

Organización de Naciones Unidas (2007). Panorama Social de América Latina 2006. ISSN electrónico 1684–1409. ISBN 978–92–1–322972–9. 430 pp. Recuperado desde http://www.eclac.org/publicaciones/xml/0/27480/PSE_2006.pdf el 7 de Julio de 2009

Sapelli, C. (2005) Desempleo y desarrollo humano. Serie En Foco N°51. Expansiva. ISSN 0717-9987. Recuperado desde http://www.oei.es/etp/desempleo_capital_humano_sapelli.pdf el 7 de Julio de 2009