El director Jason Reitman ha realizado una breve pero interesante carrera retratando la vida al interior de las grandes corporaciones. Primero, con “Thank You for Smoking”, hizo una ácida comedia negra sobre las vicisitudes de un vocero de las empresas tabacaleras cuyo trabajo es convencer al público de que los cigarrillos no son tan dañinos como generalmente se cree.
En “Up to Air”, su película más reciente, enfoca su mirada mordaz hacia los procesos de outplacement que las empresas utilizan cuando realizan cambios corporativos mayores. La película se centra en Ryan Bingham, personaje representado por George Clooney, que trabaja en una organización que se dedica a despedir personas que trabajan para clientes corporativos que, por una u otra razón, no quieren llevar a cabo personalmente el proceso de desvinculación y prefieren que lo efectúe un tercero. La ironía de la película es que, debido a los avances tecnológicos, el trabajo de Bingham se ve amenazado cuando una joven graduada de Cornell propone llevar a cabo el proceso a través de una cámara web. El filme también presenta de manera incisiva situaciones propias de la vida empresarial; la presión por bajar los costos en tiempos de crisis, la distancia que se genera entre quienes han construido la compañía con las nuevas generaciones, el desarraigo de quienes deben pasar mucho tiempo viajando y la pseudo empatía del lenguaje políticamente correcto.
Este año, a principios de Diciembre, el laboratorio Sanofi - Aventisechó a andar un plan de reducción de la dotación que implicaba terminar el contrato de 1700 personas. El laboratorio tiene presencia en Chile a través de su división de vacunas y el reporte no indica si alguno de los despidos involucraba personas que laboran en nuestro país. Lo que sí señalaba la nota de Huffington Post es que la empresa decidió implementar la reducción de puestos de trabajo a través del teléfono. Las personas recibieron, a fines de Noviembre, un correo saludándolos por el día de Acción de Gracias y pidiéndoles que estuvieran atentos a nuevo mensaje para el 2 de Diciembre. Ese día, vieron en su bandeja de entrada uno de dos correos masivos, que les señalaba que debían llamar a una línea 800 a una hora definida. Los que recibieron la instrucción de llamar primero, fueron confirmados en su puesto. Al resto, se les comunicaba que la empresa prescindiría de sus servicios y que debían dejara de trabajar inmediatamente.
Sanofi - Aventis fue criticada por como manejó el proceso, lo que llevó a que un ejecutivo de relaciones públicas señalara que el proceso buscaba explicar individualmente la lógica del despido, una persona a la vez y expresar el reconocimiento por la contribución de las personas, y que probablemente “no era el ideal”. Es como si las dos películas de Reitman se hubieran unido en un solo triste episodio; una compañía preocupada más de deshacerse rápida y fríamente de trabajadores y voceros dispuestos a defender las decisiones corporativas más desalmadas. Uno de los lados más oscuros de ver a las personas como recursos.